El festival Dantz clausur\u00f3 ayer su segunda edici\u00f3n con sesiones fuera y dentro del edificio<\/p>\n
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A punto estaba de amanecer en el presente domingo 2 de septiembre de 2018 cuando la segunda edici\u00f3n de Dantz quemaba sus \u00faltimos cartuchos con el techno de la palestina Sama’ en Gazteszena. Terminaban as\u00ed tres d\u00edas -seis si se cuentan las fiestas de precalentamiento- en los que medio centenar de artistas han llevado su m\u00fasica a distintos txokos de Donostia.<\/p>\n
Ayer, en la tercera y \u00faltima jornada, la afluencia de p\u00fablico fue ostensiblemente mayor que en la v\u00edspera. Liberadas de sus cargas laborales, cientos de personas se acercaron a la plaza Nestor Basterretxea para disfrutar de varios discjockeys a plena luz del d\u00eda. La m\u00fasica comenz\u00f3, a la hora del verm\u00fa, con Saioa Otegi (Emesutan), a quien tomaron el relevo Iker Selektah, que pinch\u00f3 acompa\u00f1ado de varios cantantes que dieron al almuerzo un color jamaicano, y el d\u00fao IAMMAI, que aport\u00f3 un toque sofisticado al conjunto.<\/p>\n
Casi todos segu\u00edan el evento a distancia, sentados en las escaleras y en las gradas bajo un sol intenso, pero cuando Sara N’ Donga se puso tras los platos, algunas parejas saltaron al centro de la plaza para bailar al son contagioso de sus pelotazos de R&B, hip hop y alguna incursi\u00f3n tangencial en el trap: FKJ, Busta Rhymes, Kanye West, Yung Internet o IAMDDB son algunos de los artistas que pinch\u00f3 con deliciosa frescura la jovenc\u00edsima vasco-madrile\u00f1a, residente del Dabadaba.<\/p>\n
Papayo Salvador, DJ mexicano afincado en Euskadi, termin\u00f3 de calentar el ambiente con un set gozosamente bailado por una concurrencia cada vez m\u00e1s creciente y animada, aunque sin tantos ni\u00f1os como el a\u00f1o pasado: el p\u00fablico esta vez ha sido menos familiar debido a la sobreabundancia de ritmos machacones y a la merma de conciertos m\u00e1s org\u00e1nicos o con cantante al frente. Aunque su funci\u00f3n fue intensa en cuanto a ritmo, Salvador concluy\u00f3 con una versi\u00f3n popera del ‘Here Comes The Sun’ de los Beatles que sirvi\u00f3 de transici\u00f3n al set del d\u00fao Baleaonda, cuyos integrantes llegaron a continuaci\u00f3n con una propuesta m\u00e1s chill, cadenciosa y escorada a diferentes sonoridades ex\u00f3ticas.<\/p>\n
La chilena Pilar Jorquera se dispon\u00eda a pegarle a diversos palos cuando, al igual que el viernes, quisimos cambiar la calle por la Sala Z, refugio de las apuestas m\u00e1s arriesgadas. All\u00ed aguardaba la francesa vocalista y acordeonista Claire Bergerault, especializada en el campo de la m\u00fasica improvisada, experimental y contempor\u00e1nea. Inici\u00f3 su funci\u00f3n a capella con un canto que podr\u00edamos definir de abstracto, sin melod\u00eda, y trufado de g\u00e1rgaras, chasquidos, grititos e incluso pedorretas. Por momentos parec\u00eda una escena de la pel\u00edcula ‘The Square’, una de esas performances que ponen a prueba la paciencia del sufrido espectador. Por supuesto, fue igualmente heterodoxa con su instrumento y utiliz\u00f3 el fuelle y los botones para crear armon\u00edas extra\u00f1as con su voz.<\/p>\n
Ca\u00eda el sol cuando Rrucculla aparec\u00eda en la azotea de Tabakalera. Se agradeci\u00f3 sobremanera que la bilba\u00edna incorporara a su original actuaci\u00f3n uno de los pocos instrumentos tradicionales que se han visto en esta edici\u00f3n, una bater\u00eda que toc\u00f3 ocasionalmente con pegada jazzy mientras sonaban bases de footwork, intelligent dance music, hip hop o math rock. Mientras, abajo en la plaza, El_Txef_A pon\u00eda patas arriba el exterior de Tabakalera que, ahora s\u00ed, ten\u00eda el aspecto de una verdadera discoteca al aire libre. M\u00e1s vale tarde que nunca. Y a\u00fan quedaba noche para rato: Dantz s\u00f3lo se despidi\u00f3 hasta 2019 cuando terminaron las actuaciones de la Sala Patio, que al cierre de estas l\u00edneas pintaban combativas y de lo m\u00e1s interesantes con Maotik y Los Voluble, y Gazteszena.<\/p>\n
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